dilluns, 13 d’agost del 2012

Miyajima

Hoy nos hemos despertado de buena mañana en Hiroshima, en el lugar donde nos hemos hospedado y que estaba muy bien, la verdad, y nos hemos duchado para salir hacia Miyajima para ver la típica estampa de Japón que es ese gran torii rojo en medio del mar.

Hemos tenido que coger un tren que nos ha dejado en Miyajima-guchi. Había mucha gente cuando hemos llegado y todos iban en la misma dirección, hacia el mar. El calor que hacía hoy era importante y la humedad impresionante, haciendo que la sensación de calor fuera aún mayor.


El ferry del JR era nuestra mejor opción ya que podíamos usarlo con el Japan Rail Pass sin ningún problema y pagar nada extra. Nos hemos montado en el ferry y en 4 minutos a lo sumo nos hemos plantado finalmente en la isla de Itsukushima, donde se encuentra el Torii y el templo de Itsukushima.

Allí, quizás porque el sol ya pegaba más fuerte, me ha dado la sensación de que aún hacía más calor que antes. Nos hemos encontrado con ciervos nada más salir de la estación que, sin reparo alguno, se dejaban tocar y que, como vieran que llevabas un mapa, se acercaban para robártelo y comérselo (tal cual).


Hemos ido avanzando por las calles del sitio, que me ha parecido muy turístico, con un montón de tiendas de recuerdos por todas partes. Finalmente hemos ido viendo el Torii cada vez más cerca y el gran templo de Itsukushima. La entrada han sido 300 yenes y hemos podido pasear por esos pasillos. Vendían diversas cosas, entre las cuales destacan los típicos saquitos con hechizos para dar suerte para según qué cosas (para cuando conducimos, para aprobar exámenes, etc.)



En ese momento la marea estaba bajando así que el templo no estaba rodeado por agua, como podría haberlo estado horas más tarde. El torii aún estaba medio cubierto pero poco a poco ha ido descendiendo y sobre las 12:30 la gente ya se estaba haciendo fotos a porrón bajo el gran arco.


Hemos seguido caminando por la isla hasta que hemos llegado a la Pagoda de 5 pisos. Nos ha decepcionado que no se pudiera entrar, porque hubiera sido entretenido. Así que sólo la hemos podido ver desde fuera.


Luego hemos cogido el ferry de vuelta y con el tren, media hora, hasta Hiroshima, donde hemos parado para comer y recuperar energías antes de ir hacia Shin-Osaka.

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